El miércoles 31 de octubre, el director de Holy Shit, Rubén Abruña, fue invitado a una presentación de un sistema de tratamiento local de aguas residuales en el restaurante Oberes Brüggli, situado en Selzach, en las montañas Jura de Suiza. La demostración corrió a cargo de Bastian Etter, cofundador de Vuna , y Rebecca Humborg, estudiante de maestría de la Escuela Politécnica Federal de Suiza en Zúrich. Asistieron unos 25 participantes, miembros del Club Rotario, invitados por Simon Wyss, de la familia Wyss, propietaria del restaurante y de la empresa de relojes Jowissa. Vuna es el creador de Aurin, un fertilizante derivado de la orina humana que no contiene metales pesados ni residuos médicos y que cuenta con la aprobación de la Oficina Federal de Agricultura suiza para su uso en la agricultura comercial. La instalación de Oberes Brüggli consiste en una combinación de vermicompostaje y humedales artificiales que limpian las aguas residuales de todo el restaurante. Esto significa que, tras ser limpiadas por plantas y organismos, las aguas residuales se infiltran o se utilizan para el riego, mientras que la parte fecal de los excrementos es digerida por lombrices y convertida en composta. Se trata de un sistema local no conectado al alcantarillado, que es una combinación del sistema adoptado por la Cooperativa Équilibre de Ginebra y la Eco-Machine del Centro Omega para la Vida Sostenible, que figuran en la película Holy Shit. Esto demuestra, una vez más, que hay muchas formas de tratar nuestras aguas residuales, que mantienen intacto el ciclo de nutrientes y no contaminan el medio ambiente.








