Fred Stone, propietario de la granja Stoneridge de Arundel (Maine), fue el primer agricultor que sacó a la luz la contaminación de los acuíferos de su región por lodos residuales, conocidos como biosólidos, cargados de PFAS. Contaminó toda la cadena alimentaria, incluidas sus vacas y la heno que comen. Hoy sigue esperando una indemnización por la destrucción de toda su explotación lechera. La contaminación por PFAS se ha detectado en todo EE.UU. y Europa. Algunos expertos ya califican esta crisis como la catástrofe tóxica del siglo. Por desgracia, no va a desaparecer pronto.
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