Financiada por agencias de desarrollo alemanas y de la UE, la empresa Finizio construyó en 2019, en Eberswalde, Brandeburgo, la primera planta de reciclaje de Alemania para convertir los excrementos humanos de los baños secos, en su mayoría de festivales al aire libre, en abono de humus, con el objetivo futuro de construir instalaciones escalables y descentralizadas en todo el país. Es similar a la forma en que Hamish Skermer y Natural Event llevan haciéndolo en Australia y Europa desde hace más de 20 años.

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